El botox en labios o toxina botulínica para los labios es un tratamiento cada vez más popular para aumentar el volumen natural de los labios y conseguir un auténtico efecto push-up.
Es cierto que la toxina botulínica se originó como tratamiento para alisar las arrugas del contorno de los ojos, pero sus efectos son apreciables incluso en este uso «no contemplado», aunque seguro.
Es un procedimiento muy rápido y hay que decir que se utiliza una cantidad muy pequeña de toxina botulínica para la zona de los labios.
¿Por qué elegir botox en labios?
Al inyectar toxina botulínica en la zona de la boca, se alisan las marcas del contorno de los labios, de modo que toda la zona tiene un aspecto más definido y relleno.
Veamos cómo funciona técnicamente: la toxina botulínica labial se inyecta en el contorno de los labios en cantidades muy pequeñas y de forma muy superficial, para inhibir sólo parcialmente el músculo orbicular, que es el que en la práctica rodea los labios; esto provoca una ligera rotación hacia fuera del contorno de los labios, con el consiguiente efecto push-up.
Gracias al Botox, el contorno de los labios se relaja -es perfecto para eliminar el llamado «código de barras»- y los labios aparecen cada vez más carnosos.
¿Cuándo hacer el tratamiento?
El botox labial es un tratamiento excelente para quienes buscan un efecto de labios rellenos y relajados de forma natural.
Sin embargo, se recomienda para quienes tienen de forma natural unos labios más bien carnosos y desean recuperar su frescura y suavidad.
De hecho, el Botox labial no tiene acción de relleno, por lo que no añade volumen donde no lo hay.
Por eso son necesarios los rellenos, y el Botox labios puede aplicarse fácilmente en sinergia con los rellenos: en este caso, primero se realiza el tratamiento de relleno, que rellena y crea volumen, y al cabo de una semana aproximadamente se realiza el tratamiento de Botox labios, que relaja y realza el relleno.
