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    Mesobotox

    Mesobotox y microbotox utilizan la toxina botulínica diluida, a diferencia de la técnica clásica de inyección de toxina botulínica.
    La solución se inyecta directamente en la piel mediante una jeringa especial con agujas muy finas. Esto consigue estimular la producción de colágeno, lo que conlleva un rejuvenecimiento general del rostro.
    El tratamiento tradicional consiste en inyectar la toxina botulínica en profundidad, directamente en las zonas intramusculares.
    Las zonas tratadas son principalmente las que afectan a los músculos de la parte superior de la cara; más raramente, también pueden tratarse zonas de la parte inferior o del cuello. Así, el bótox puede contrarrestar eficazmente las patas de gallo, las patas de león, las arrugas de pensador y las arrugas de marioneta.
    En cambio, en microbotx y mesobotox, la alta dilución de la toxina botulínica hace que el tratamiento esté absolutamente libre de posibles efectos secundarios, en cualquier zona de la cara. Además, la gran ventaja de esta solución es que la toxina botulínica diluida puede suavizar todo tipo de arrugas. Por tanto, también es adecuado para las que antes eran difíciles de tratar, como las arrugas verticales de las mejillas y las de la línea de la mandíbula.
    Pero tratemos de entender más específicamente lo que se quiere decir cuando se habla de mesobotulinum y microbotulinum.

    El mesobotox

    El mesobotulinum o MesoBotox es un tratamiento estético nacido hace unos diez años que utiliza la toxina botulínica combinada con sustancias bio-revitalizantes como el ácido hialurónico, aminoácidos, vitaminas, oligoelementos y antioxidantes.
    El objetivo de la solución es actuar sobre la calidad de la piel aportando a los fibroblastos todas las sustancias que necesitan para facilitar la producción de nuevo colágeno y elastina.
    El mesobotox, por ejemplo, se utiliza cuando la piel del paciente sólo necesita mejorar desde el punto de vista de la calidad. De hecho, el mesobotox puede realizarse tanto a una edad temprana, para prevenir las arrugas, como a una edad más avanzada, para dar brillo a los tejidos y suavizar las arrugas que ya han aparecido.
    La ventaja del mesobotox, en contraste con el tratamiento clásico con toxina botulínica, en el que se apunta a un músculo muy específico, es que se pueden tratar porciones muy grandes, en particular todas las áreas que se han vuelto menos tonificadas y firmes con el tiempo.

    Microbotox

    El microbotulinum o microbotox es un tratamiento médico estético mucho más moderno que combina la toxina botulínica con agua fisiológica.
    La solución, por tanto, actúa por sí sola, induciendo sin el uso de bioestimulantes una mejora casi inmediata de la calidad de la piel.
    El microbotox se elige cuando los pacientes tienen problemas cutáneos particulares como: rojeces, acné, pieles engrosadas y zonas psoriásicas.
    Además, es muy útil para mejorar la rosácea y la calidad de la piel en general, ya que hace que todas las zonas donde se inyecta sean más brillantes y luminosas. Además, también se utiliza para:

    • Reduce las microarrugas,
    • Para redefinir la línea de la mandíbula y, por tanto, la tridimensionalidad del rostro,
    • Para reducir el acné;
    • Poros dilatados.

    Al tratarse de una sustancia hiperdiluida, es capaz de penetrar en la dermis de forma más homogénea, por lo que el rostro aparece rejuvenecido de forma mucho más uniforme. Y no sólo eso: el microbotox genera un efecto lifting en el rostro, dando a la piel un aspecto mucho más relajado y elástico.

    ¿Cuál elegir?

    El microbotulinum y el mesobotulinum son técnicas que no pueden sustituir al botox tradicional. Sólo son útiles cuando se quiere prevenir los signos de envejecimiento de la piel, pero no cuando existen problemas cutáneos concretos.
    Por ello, me gustaría precisar que cuando se confía en médicos estéticos experimentados, la mayoría de las veces se trata el rostro con toxina botulínica pura.
    De hecho, rara vez he utilizado la toxina botulínica diluida ya que, a lo largo de los años, he observado que el botox tradicional tiene efectos más duraderos e inmediatos.
    Personalmente, siempre intento elegir el tratamiento más adecuado, específico y eficaz para mis pacientes. Por ejemplo, si el rostro aún no ha mostrado los signos de envejecimiento y, por tanto, el paciente quiere un tratamiento preventivo, prefiero los rellenos biorrevitalizantes y no el botox diluido.
    Lo mismo ocurre con el tratamiento del acné, los poros dilatados o la rosácea: los métodos láser me parecen mucho más eficaces.