hilos tensores

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    Hilos tensores

    Los hilos tensores se insertan en la piel para conseguir un efecto lifting y acción reafirmante que elimina las arrugas, corrige cicatrices y tensa la piel por completo.

    El tratamiento estético con hilos tensores de bioestimulación es una de las técnicas más modernas y eficaces para combatir los problemas de la piel causados por los procesos naturales de envejecimiento: arrugas y flacidez.

    Veamos qué son los hilos tensores de bioestimulación, cuáles son sus efectos en la piel y por qué debemos elegirlos con preferencia a otros tratamientos similares.

    ¿Qué son los hilos tensores de bioestimulación?

    Los hilos utilizados para este tratamiento antienvejecimiento ultramoderno son dispositivos médicos estériles formados por un monofilamento o microfilamentos muy finos de polidioxanona. Además, utilizados en cirugía cardíaca, ya que no tienen actividad alergénica, no son inmunógenos, no producen intolerancias y son totalmente reabsorbibles.

    ¿Cómo se utilizan los hilos tensores?

    Los hilos tensores de bioestimulación se introducen bajo la capa de la piel mediante agujas especiales, sin necesidad de incisiones ni puntos de sutura y, por tanto, sin anestesia.

    ¿Cuál es su acción sobre la piel?

    La introducción de estos hilos está destinada a sostener las zonas de la cara en las que se ha producido flacidez, a fin de devolver la definición y el tono al contorno facial.
    Pero eso no es todo: los hilos tensores de bioestimulación también tienen un efecto beneficioso en las capas profundas de la piel. Ya que estimulan los fibroblastos de la piel. Así, se induce a la piel a producir colágeno y elastina, sustancias esenciales para la belleza de la piel, su elasticidad, su firmeza y su tono.
    Los hilos tensores, por lo tanto, además de ofrecer materialmente un excelente soporte que devuelve la armonía a los rasgos faciales. Permiten una mejora progresiva de la textura, la firmeza y la vitalidad de la piel.

    El tratamiento de hilos tensores

    Un tratamiento con hilos tensores de bioestimulación implica, por término medio, la implantación de unos veinte hilos y tiene un efecto tensor inmediato.

    Como hemos dicho, estos hilos son luego reabsorbidos naturalmente por el organismo, en un período de tiempo que varía entre seis y ocho meses. Sin embargo, el efecto bioestimulante se mantiene incluso después de la reabsorción hasta un año después de la implantación.
    Una vez finalizado este proceso natural, se puede realizar otro tratamiento sin dudarlo, incluso en las mismas zonas.
    Dada la seguridad de los materiales de los hilos, el tratamiento no tiene contraindicaciones ni efectos secundarios. En casos muy raros, pueden formarse hematomas muy pequeños y fáciles de curar.

    Los resultados

    Los resultados del tratamiento con hilos tensores de bioestimulación son naturales, progresivos y estéticamente cada vez más agradables con el tiempo.
    Ya después de los primeros días es visible un importante efecto de tonificación de los tejidos. Además, la estimulación profunda de los hilos aumenta el metabolismo y el flujo sanguíneo en las zonas tratadas, lo que se traduce en un aumento visible de la luminosidad de la piel.
    Pero es a largo plazo cuando se pueden apreciar los mejores resultados.
    Al cabo de unas tres o cuatro semanas comienza la síntesis de colágeno. Que permite la consolidación de la estructura de soporte de la piel; esto se traduce visualmente en un importante efecto tensor.
    Al cabo de tres o cuatro meses este efecto es máximo. Esto se debe a que se ha producido una encapsulación gradual del hilo en el tejido conectivo fibroso y la formación de colágeno alrededor del propio hilo.
    A los seis u ocho meses aproximadamente, los hilos tensores se reabsorberán por completo por acción hidrolítica, de forma totalmente natural e inocua. Pero el efecto bioestimulante se mantendrá estable durante otros ocho o doce meses. Creando que los beneficios del tratamiento seguirán siendo visibles durante mucho tiempo.