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    Implantes dentales

    Sustituir con implantes dentales de calidad, aquellas piezas que estén en mal estado o necesiten ser reemplazadas por posibles problemas que puedan ocasionar en un futuro, logrando el resultado más natural.

    Implantes dentales: qué son y cómo funcionan
    Perder un diente siempre es un acontecimiento desagradable, pero afortunadamente se puede solucionar gracias a los implantes dentales. Estas prótesis fijas, que no son nada dolorosas, le ayudarán a recuperar su sonrisa y sus ganas de comer. Descubra cómo se instalan y de qué materiales están hechos en esta breve guía.

    • Qué es un implante dental
    • Cómo funciona un implante dental
    • Cómo se fabrica un implante dental
    • Cuánto puede durar un implante dental

    La pérdida de uno o varios dientes naturales es un acontecimiento desagradable e incapacitante que puede causar daños tanto funcionales como estéticos en la boca y la sonrisa. Afortunadamente, los remedios para sustituir los dientes naturales por otros artificiales han evolucionado con el tiempo, gracias a la llegada de la implantología dental.

    Anteriormente, la restauración de los dientes perdidos implicaba la colocación de prótesis fijas que se insertaban en los dientes contiguos a los perdidos mediante coronas y puentes dentales. Como alternativa, se crearon prótesis parciales o completas extraíbles, que a menudo resultaron ser una solución temporal.

    Sin embargo, hoy en día, gracias al uso de nuevas técnicas de implantología dental, a los avances en ortodoncia y endodoncia, así como a una mayor atención a la prevención de la caries dental y la periodontitis, la pérdida de dientes se resuelve con prótesis fijas que no afectan a los dientes intactos y proporcionan una solución permanente que dura toda la vida.

    Para conocer en detalle qué es un implante dental, sus beneficios y cómo se fabrica y coloca, ¡continúe leyendo este artículo!

    Qué son los implantes dentales

    Un implante dental es una prótesis fija que se utiliza para cubrir el espacio dejado por uno o varios dientes. La prótesis artificial que se aplica asume la función de la raíz natural del diente sobre la que se aplica la cápsula de cerámica.

    Las ventajas son considerables no sólo en términos de estética, sino también para la salud oral del paciente. Gracias al implante dental, toda persona recupera el deseo de hablar y sonreír, recuperando la confianza en sí misma. Al mismo tiempo, gracias a la restauración de los dientes que faltan, no se perjudica la masticación de los alimentos y, en consecuencia, se mejora la digestión y la salud de toda la cavidad bucal, que puede limpiarse y cuidarse de forma sencilla y fácil con un cepillo y una pasta de dientes.

    Los implantes dentales son, por tanto, una de las mejores soluciones para todos aquellos que han perdido uno o varios dientes por diversas causas. Como la enfermedad periodontal o los traumatismos dentales.

    En detalle, las tres partes que componen los implantes dentales son:

    • El tornillo endóseo que es la raíz del diente. Se trata de un elemento de implante dental roscado, de forma cilíndrica como un tornillo, que ocupa el lugar de la raíz del diente natural. El tornillo se inserta en el hueso mandibular o maxilar para que se adhiera a la prótesis. Este proceso se denomina osteointegración: de él dependerá la correcta integración de la raíz artificial con el tejido óseo y toda la solidez del implante dental;
    • El pilar (o componente transmucoso), por otro lado, es una pequeña estructura de metal o cerámica que conecta el tornillo endóseo con la dentadura real;
    • Por último, la prótesis es la corona artificial que sustituye visualmente al diente natural perdido. Por lo tanto, es la parte externa del implante dental que tiene la tarea de cubrir la zona sin dientes y realizar las principales funciones del diente.

    El tamaño de un implante dental no es universal, sino que depende de la cantidad de hueso maxilar disponible. Cuanto más tejido óseo haya, más largo será el tornillo endóseo, y viceversa.

    Cómo funciona este tipo de implantes

    El implante dental actúa como pilar y base para la colocación de la prótesis dental. De este modo, el paciente puede volver a comer, hablar y sonreír sin notar nada extraño o incómodo en la boca.

    Además, los implantes dentales más avanzados están fabricados con materiales biocompatibles que minimizan el riesgo de rechazo y favorecen la osteointegración.

    En la actualidad, el titanio es el material preferido para el tornillo óseo, ya que posee las características de biocompatibilidad que reducen el riesgo de traumatismo por rechazo y favorecen la integración completa entre el implante y el hueso. En cuanto a la prótesis, ésta suele ser de cerámica, un material especialmente duro y resistente que permite tener un diente artificial similar al natural.

    Gracias a la integración del implante dental en el hueso, por tanto, el nuevo elemento tendrá toda la resistencia y fuerza propias de los dientes naturales. Con un resultado final que será, de hecho, una copia del diente original, tanto en términos de apariencia estética como de resistencia.

    En resumen, la aplicación de implantes dentales tiene la finalidad y la ventaja de:

    • restablecer la función masticatoria y fonética del paciente, cuando éstas se han visto comprometidas debido a la ausencia de uno o más dientes;
    • restablecer la apariencia estética normal de la sonrisa;
    • evitar el desplazamiento de los dientes sanos cercanos a la zona desdentada;
    • permiten la correcta distribución de la llamada fuerza de mordida sobre los dientes.

    Cómo se fabrican los implantes dentales

    Comencemos diciendo que el procedimiento de colocación de un implante dental es un procedimiento quirúrgico completo, que generalmente implica anestesia local y sólo en algunos casos anestesia general.

    Cuando usted decide someterse a una cirugía de implantes dentales, el primer paso es someterse a un examen dental en una clínica dental para evaluar su situación clínica.

    El dentista debe comprobar, en primer lugar, que no existen condiciones patológicas en el paciente, como caries, inflamación del tejido gingival, piorrea u otros trastornos propios de la periodoncia. Luego tiene que asegurarse de que el volumen óseo es suficiente para la aplicación del implante. En el caso contrario tiene que proceder con una terapia de regeneración ósea o con injertos de tejido óseo.

    Por último, el dentista puede proceder a realizar una radiografía de la boca para tomar impresiones dentales. Con este examen, el odontólogo recoge una serie de información sobre la anatomía de la mandíbula, con el fin de crear un implante dental adecuado a las necesidades del paciente y planificar con precisión las distintas fases de la operación.

    Algunos dentistas prefieren dar al paciente un pequeño curso de antibióticos antes de la cirugía para mejorar la calidad de vida después de la operación y evitar infecciones en los primeros días.

    Tras este examen, se procede a la operación de colocación del implante dental que, tras la anestesia local de la encía afectada, implica los siguientes pasos:

    • La incisión de la encía y su apertura para hacer visible el hueso;
    • La perforación del hueso en el que se insertará el tornillo endóseo;
    • La inserción del tornillo endóseo, del que dependerá la solidez final de todo el implante dental;
    • La fijación del pilar y de la prótesis al tornillo endóseo.

    El último paso puede tener lugar inmediatamente después de la inserción del tornillo endóseo o unas semanas después de la inserción del tornillo, cuando el proceso de osteointegración está en curso.

    Los efectos de la anestesia local desaparecen en unas horas, tras las cuales el paciente recupera la plena sensibilidad en la boca. Los efectos de la anestesia general, en cambio, pueden prolongarse durante todo un día. Durante el cual las personas pueden experimentar una sensación general de mareo, poca capacidad de respuesta a los estímulos, náuseas y vómitos. No son problemas graves, pero siempre es bueno contar con la ayuda de un familiar o amigo. Al menos hasta el día después de la operación de implantes dentales.

    ¿Cuánto tiempo pueden durar los implantes dentales?

    Un implante dental suele ser una solución permanente, con revisiones y ajustes regulares. Si se instala correctamente, se mantiene y, sobre todo, se limpia con cuidados dentales diarios, puede durar con seguridad al menos 10-15 años.

    El pronóstico, por tanto, suele ser favorable. Siempre que el paciente se esfuerce en limpiar adecuadamente la prótesis, utilizando herramientas específicas como un cepillo de dientes postquirúrgico. Y además, se someta a las revisiones de mantenimiento concertadas con el dentista que le atiende.

    El manejo adecuado y el cepillado cuidadoso de los propios dientes, especialmente en el caso de un implante dental, es de hecho esencial para evitar cualquier tipo de alteración de la cavidad bucal y no arriesgarse a poner en peligro la vida del propio implante.

    Por eso, en el caso de la cirugía, siempre es aconsejable utilizar un cepillo de dientes delicado con cerdas suaves para evitar causar cualquier tipo de dolor y molestia a los dientes y encías.

    Después de la cirugía oral, es perfectamente normal que la boca esté un poco dolorida y sensible. En este estado, cepillarse los dientes puede resultar incómodo, pero mantener los dientes y las encías limpios es extremadamente importante para una rápida recuperación.